sábado, 19 de abril de 2014

Historia Corta Número 2: Un triste Futuro.(Parte 1)

Año 3637.

Me siento en el tronco de madera, el mismo en el que me siento cada tarde, en medio del bosque, durante mi tarea de caza.Desde que murió mi madre en la Guerra de Hudson, me convertí el dueño de una familia, con la que tengo que mantener a mis cinco hermanos.Mi madre me contaba, que los del pasado, pensaban que el futuro iba ser modernísimo, y que existirían los coches voladores o gafas rayos X. Qué ingenuos.Ahora, todo va peor, la guerra es cada vez más agresiva.La única forma de ganar dinero en mi ciudad, es alistarte al ejército, pero mi madre me lo prohibió. Ella cometió el error de marcharse a la batalla. Compró el billete de ida, pero se le olvidó el de vuelta…Todavía no me puedo imaginar a mi madre, sosteniendo un arma. Aquella madre que me hablaba sobre la paz que había en el pasado, aquella que nos daba siete besos de buenas noches antes de dormir a todos los hermanos.

Tengo 19 años, me llamo Randy. 

Trabajo cazando animales y vendiéndolos en el mercado. A demás, cultivo, y me dan parte de la cosecha, pero muy poca parte. 

Mis hermanos:Leo, el pequeño de 4 años, ayuda junto a mi hermana Tamara, de 8 años, a tejer ropas que luego vendemos en el mercado.Tod y Christian, los gemelos de 14 años, algunas veces trabajan conmigo en la caza, pero mayoritariamente, cuidan de niños de la gente del Barrio Rico.Y mi hermana Pen…, de 17 años, trabaja todas las noches como prostituta en las calles de Barrio Rico. Odio que lo haga, y casi no puedo mirarla a la cara. Ella tampoco puede soportar trabajar más en eso, pero, con su sueldo, podemos por lo menos comprar comida y ropa. Triste que una chica tan guapa como Pe, tenga que trabajar en eso.

 Mi pequeña hermana.Miro el cielo gris, y veo como los pájaros vuelan en círculos, mofándose de mi, como si dijeran: ´´Jaja, Randy, mira, nosotros somos libres”.

Camino por el bosque, en busca de Tod y Christian. Hoy han venido conmigo de caza. No se puede decir que sean muy buenos, pero Tod maneja muy bien el arco, y Christian pone muy buenas trampas.Logro ver un conejo sobre la hierba, y ando despacio. Por lo menos, con eso, nos darían una olla de pasta. O puede que mantas de lana.Pero justo cuando voy a lanzarle la lanza y la red, el conejo queda colgando de una pata por una cuerda.

-¡Toma, hoyo en uno!-grita Christian.

Una flecha pasa delante mía y se incrusta en el tórax del animal. El conejo emite un gemido, y después, muerto.

-¡En toda la barriga!-grita Tod.

Salen de sus escondites y me sonríen.

-Seréis cabrones-les digo con una sonrisa en la cara.Son idénticos, los dos con el pelo negro oscuro, y la piel pálida, además, sus ojos verdes brillan en la noche más oscura. Bueno, todos los hermanos de mi familia somos así. Blancos, pelo oscuro, y ojos verdes. Llegamos a nuestra pequeña casa de madera, y Leo y Tamara tejen juntos una manta de lana junto a la chimenea. Sólo falta Pen, que vendrá de madrugada, como siempre.

Caliento un cazo de agua en la chimenea, y la vierto sobre la bañera. Me desnudo, y me meto. Es tranquilizador, y noto el agua caliente en cada parte de mi cuerpo. Me froto todas las partes sucias de barro. Nos duchamos solo con agua, muy pocas veces tenemos el capricho de bañarnos con una pastilla de jabón. Cuando termino de  ducharme, y vestirme, oigo el sonido leve de la puerta al cerrarse. Salgo del baño, y veo a mi hermana Pen, sonriéndome, pocas veces lo hacía. Corre hacia mí, y me abraza.

-Randy, nuestros problemas se han solucionado, me han dado trabajo. Dejaré de trabajar en esto, y dejaremos esta casa, nos iremos a vivir a Barrio Rico.


3 comentarios:

  1. He leído todas las entradas de tu blog. Al leerlas, he tenido la sensación de que las había escrito un escritor, no un chico de 14 años. Sigue así, y conseguirás ser un buen escritor.

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