domingo, 20 de abril de 2014

Historia Corta Número 2: Un Triste Futuro.(Parte 2)

Un Triste Futuro. Parte 2.

Y me miro en la orilla del lago, y veo mi reflejo. Es difícil pensar cómo una persona se puede parecer tanto a otra.
Me miro, y la veo a ella. Como si estuviese conmigo, hablándome, y dándome ideas para mis escrituras.
Ya lo decían, y me lo volvían a decir, pero yo hacía oídos sordos.
Ahora sé lo que significaban esas palabras.
"Nunca te das cuenta de lo mucho que quieres a una persona hasta que la pierdes".
Y qué razón tenían.


Termino de leer el texto del libro de mi hermana Pen. No sabía que escribe tan bien. Nunca había ido a Barrio Rico, y ahora se iba a convertir en mi hogar.
Barrio Rico, era lo más parecido al futuro que imaginaban los del pasado. Estoy junto a Tod, Christian, Tamara y Leo, en un sofá de terciopelo rojo, por el que ellos, y también yo, lo reconozco, no paramos de pasar la mano, sintiendo esa textura tan agradable y suave, olvidando los ásperos tejidos de nuestra ciudad.
Esperamos que nuestra hermana terminara una reunión que había comenzado momentos antes, con el que firmaría un contrato y trabajaría de escritora a tiempo completo, con el que ganaría dinero para comernos un buen bistec. Pen sale del despacho, acompañada de una mujer rubia con imponentes tacones. Se le ve un carácter de superioridad. Me resulta vagamente familiar.
-Chicos-llama Pen-, os presento a la Sra. Lauper, es mi editora, y la mujer que descubrió mi fantástico don para la escritura.
Nos tiende la mano a cada uno, y veo como Leo se queda un poco cortado por la educación de aquella mujer. Cuando me la tiende a mí, cambia su sonrisa dulce, por una mirada seria.
-Creo que nos conocemos-me dice.
-Yo también tengo esa sensación.
Mi hermana Pen frunce el ceño, y después sonríe.

Llegamos a nuestro nuevo hogar, un chalet con una enorme piscina, con una pista de tenis, y montones de muebles de última generación. El suelo de parqué, y una bañera con jabón en cada habitación. Además, el agua salía caliente con solo girar una pequeña rueda.
-Creo que muerto y he ido al cielo-grita Tamara desde su habitación.
Me tiro en mi cama, un dulce catre donde parece que estoy acostado sobre la barriga de un oso.
Y pienso, pienso en mi nueva vida, en qué diría mi madre si me nos viera en este estado.
Puede que por una vez en mi vida pueda ser felíz, y no pasar hambre...



Después de tres días me doy cuenta de lo mucho que ha cambiado mi vida. Mis hermanos han empezado el colegio, han hecho amigos.
Me aburro aquí. Pen se encierra en su despacho, y yo veo la Televisión, vídeos y más videos de la Guerra, donde mi madre perdió la vida.
Me inquieta.
Soy inútil aquí. Salgo de la casa, y me paseo por las elegantes casas de de Barrio Rico.
Personas de grueso tamaño, que parece que no han pasado nunca hambre. Llego a una zona con almacenes a ambos lados.
Esto me resulta muy familiar, y me inquieto. Los almacenes van enumerados, y llego ante la puerta 548, yo he venido aquí antes, fue hace mucho tiempo.
Me dijeron que en este almacen, había suministros de comido y ropa. Así, que vine con mi compañero de caza.
Vine justo en el momento cuando mi madre murió, y no teníamos dinero para comer. Pero lo del almacen no fue tan buena idea.
Había guardias por todos los almacenes, y nos vimos obligados a matar a un inocente hombre, que solo hacía su trabajo.
Si nos pillaban aquí podrían meternos en la cárcel, y no podía, teniendo a muchos hermanos que mantener. Y justo cuando nos íbamos corriendo, una mujer me paró: la Sra. Lauper.
Por eso me resultaba familiar, y yo a ella. Puede que si me recuerda, el trabajo de mi hermana llegue a su fin.



Termino de atarme mis antiguas botas, y me pongo mi cazadora de cuero.
Toco la puerta del despacho de Pen, y entro.
Le comunico la noticia de lo que pasó, y de que si me quedo, puede que me descubran, y que su trabajo puede acabar como nuestra madre.
-Randy, no, no te puedes ir.
-Pen, ahora teneis dinero, podeis vivir bien, el favor que os pido es afirmar el odio hacia mí. Si decís que me odiáis, las autoridades no irán a por vosotros,de verdad hermana, puedo arreglármelas solo, te quiero.
Justo cuando salgo de la casa, tres coches policía se acercan a mí.
Empiezo a correr hacia mi ciudad, está cerca, pero tiene una buena caminata.
Llego al bosque, esquivando a la policía, subo en árboles y corro...a partir de ahora esta será mi vida...


Epílogo.

Mi vida sigue igual, cazando y viviendo de las riendas, tejo algunas ropas y las vendo
Gracias a algunos comentarios en el mercado logro escuchar que mis hermanos han logrado una gran vida.
Pen se ha convertido en la mejor escritora de todo el país.
Tod trabaja como guardia.
Christian es profesor.
Leo está estudiando ingienería.
Tamara se ha convertido en una excelente costurera.
Puede que la libertad no sea para mí, pero puedo ganarla con la felicidad de mis hermanos.
Bueno, así empecé, sentado en el tronco del bosque, y así terminaré.
Pero hay una gran diferencia a entonces.
Ahora no tengo a nadie, pero prefiero que vivan bien, a que estén sufriendo conmigo.
Me llamo Randy, y vivo en un triste futuro.
Mi vida entre palabras.


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